viernes, 20 de marzo de 2009

Mi Derecho a Elegir.



No voy a escribir sobre derecho a elegir en términos políticos o jurídicos o como se le quiera llamar, sino que me referiré al simple hecho de que la mujer muchas veces no comprende que posee un derecho e elegir a una persona para ser su pareja y poder simplemente compartir: los idealistas nos dicen el resto de la vida, otros decimos hasta donde las capacidades y sentimientos no se extingan.Es muy cierto, vivimos en una sociedad machista, (el hombre esto, el hombre aquello), aunque en los últimos años se ha avanzado a pasos de gigante por promover y concientizar el derecho a la no discriminación por motivo de sexo; las costumbres e ideas de las personas de otras generaciones no son tan fáciles de cambiar, y algunos de nosotros no hacemos nada por hacerlo, ya lo veo en mi hogar, dada la abultada mayoría de féminas, las cuales inconscientemente promovíamos el machismo, mi progenitor se convertía en una especie de rey moderno, hasta que los nuevos tiempos nos tomaron como siervos mensajeros de sus igualmente novedosas proclamas cambiando vertigionasamente nuestro clima familiar; esto sucedió en mi hogar, pero lamentablemente en la mayoría no es así.Para una mujer su rol actual es un estilo de vida, estudiar, trabajar, ser política, empresaria, estos roles que hacía años atrás no se hubiesen posado sobre brillantes mentes que se fajaban por defender infinidad de corrientes y teorías ideológicas; sin embargo en el momento de elegir pareja las mujeres si nos equivocamos y tenemos muchas o simplemente nos damos el privilegio de conocer antes de, somos maltratadas por la horda de machos que pululan nuestro alrededor; es "fácil" dicen, sin embargo el despliegue de mujeres que sueltan estos individuos cuando se trata de elegir compañera, y no esta demás decirlo, muchas veces resulta fastuosa y hasta vergonzosa.Nos ha pasado muchas veces, pero no siempre el hecho de contener nuestras ansias por conocer amistades, y verificar su calidad moral, nobleza entre otros requisitos que solemos tener de patrón, ha sido garantía de casarnos de blanco o algo parecido, lo que muchas veces ha sido motivo para que muchas de nosotras frustremos nuestro destino encadenándonos tempranamente a una persona que resulta ser más desconocida que la muerte misma; o tal vez y lo que es peor esto nos conlleve a la amargura eterna. Por eso desde estas líneas defiendo nuestro derecho a elegir sin importar machismos vacíos e insulsos, al fin y al cabo que sería del mundo sin mujeres felices y realizadas?....esto queda para la reflexión.

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