viernes, 20 de marzo de 2009

De la envidia y otros males...



De todos los sentimientos mezquinos que podemos albergar los seres humanos en nuestras mentes, la envidia es una de las más repugnantes, pero también es un sentimiento por demás abundante por estos días.Algunos científicos relacionan a la envidia con el instinto de supervivencia que todos tenemos desde el momento en que sentimos por primera vez el aire, el ser humano por naturaleza es envidioso dicen; sin embargo quiero resaltar que Lacan, según un artículo muy intersesante que leí los últimos días sobre las teorías de Noam Chomsky; nos habla sobre las tres pasiones del hombre: el amor, el odio y la ignorancia.Contrario a lo que muchos puedan pensar, yo creo que la envidia está más relacionada con la tercera; considero que la ignorancia es capaz de lanzarnos el autoestima hasta las mismísimas minas de Moria (para los fanáticos de Tolkien), y de envolvernos en una nube de inseguridad tal que cualquier sentimiento contrario sobra, afuera quedan el orgullo propio, los anhelos, la dignidad, etc. ; la ignorancia es, justamente lo que nos hace retirarnos cada vez más de las buenas relaciones sociales, sexuales (entiéndase en su sentido lato como relaciones entre hombres y mujeres), encontrar un buen trabajo, tener unidad en la familia, entre otras cosas; ¿no es acaso todo esto lo que envidiamos?.Es que justamente suele suceder que la envidia siendo tan rastrera se oculta tras el antifaz de la supuesta amistad, es fácil sonreirle sin darse cuenta que se desarrolla subrepticiamente simulando ser un virus que va carcomiendo el espíritu de la persona que te observa.
No por ser católica confesa es que, al igual que muchos como yo, trato de apartar de la envidia y sus consecuencias funestas (llámese ignorancia, odio), sino que, dejando de lado los dogmas de fe, esto es una buena óptica al momento de relacionar la envidia con el instinto de supervivencia que mencioné líneas arriba, simplemente porque en el universo debe de haber un equilibrio entre el bien y el mal, sin embargo soy partidaria de vivir y dejar vivir, siento que es una nueva forma de aplicar la supervivencia, y de paso no ir contra mis principios.Vengo cavilando ideas, formas, y opino que no hay mejor manera de soslayar la rabia cuando uno es furtiva víctima de los ataques mortíferos de las personas invadidas por esta plaga, que escribir ...tal y como lo hago en estas líneas, pero; debo confesar, y siempre se lo he dicho a mis amigos cercanos, que si hay alguna pasión a la que le temo, es al odio.Cuando la envidia se transforma en odio, resulta tan fácil destruir amistades, familia, honras y hasta reputaciones; tan fácil¡¡¡¡...como las palabras salen de las bocas laceradas y purulentas por la enfermedad, sino, son escritas por manos leprosas producto de impulsos nerviosos de cerebros retorcidos por la crueldad que les embarga, utlizando medios novedosos que se suponen servirían para mejorar nuestras comunicaciones y no ensuciarlas lanzando la piedra y escondiendo la mano.
Hoy estoy lejos espacio temporalmente de la región infectada por el mal, aunque siento temor cada vez que retorno por el amor que siento a los míos por allá ...aunque, felizmente los míos son inmunes al mal desde hace mucho; por eso cuando alguien que posee la marca de la plaga se acerca (como me pasó hace poco), debo rehuir, aunque la ciencia dice que esto no es una enfermedad, yo la catalogo así y considero que, el estar cerca a los infectados podría ser contagioso,esto es una promesa que me hice, el no tener contacto con ninguno de ellos, porque estaría bajo peligro de contagio inminente.Lamento que hayan algunas personas a las que quiero a las que, los embarrados por esta lacra humana, quieran sembrarla en su interior, lo único que se puede hacer, es no voltear a ver el flagelo, esquivarlo aunque utilizando ayuda.Quisiera que ellos no se contagien¡¡¡¡Lo que también lamento es que la ignorancia (como había dicho antes: la madre del cordero), sea una pasión tan fuerte que nisiquiera consideren que una persona no está presente ni física ni tampoco espiritualmente en medio de su pobredumbre y escasez (como diría algún chileno estrechez de corazón) para complotar, calumniar, crear, mancillar el honor y demás síntomas del flagelo, como ya lo había referido es tan fácil destruir ...tan facil como....Para los que creemos aún en la amistad el amor y sobre todo la familia, lo que nos hará imnunes es vivir y dejar vivir, el mundo de hoy corre contra el tiempo y el tiempo es tan fugaz, le gana la carrera a todo; hay que seguir creyendo en lo mismo y tener presente que en el universo todo lo que va de pronto regresa igualmente, y en ese devenir nosotros los principales protagonistas, debemos mantenernos libres de toda vileza, para asi ser felices. Creanme, eso realmente funciona.

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