lunes, 1 de junio de 2009

El silencio de los inocentes

¿Cuántas veces hemos ocultado un pensamiento?...cuántas veces hemos sentido algo, tan peculiar o que pueda hasta herir susceptibilidades, lo hemos ocultado en lo más profundo de nuestras mentes.

Pues bien, en mi caso particular, no son tantas veces_y los que me conoces deben corroborarlo_ no me guardo casi nada, pero si; las veces que lo he hecho me ha pesado y mucho. Lo cierto es que, estuve leyendo hace muy poco sobre la teoría del caos, _y no es mi intención hacer un ensayo científico sobre aquello_ sólo, más bien, comentar un poco, ya que la teoría del caos al menos como la he entendido nos dice que en un sistema de caos la más mínima variación produce un efecto ideterminado... entonces, aplicando esta teoría ¿qué pasa cuando ocultas un sentimiento o un pensamiento?

Tal vez no se hayan puesto a pensar en esto; a veces cuando uno es niño oculta muchas cosas, algunas travesuras, algunas maldades...pero...¿qué sucede cuando estos pensamiento reprimidos son tan trascendentes que puede cambiar el rumbo de nuestras vidas?, uno no puede evitar pensar esto. Cuando he visto la tv el fin de semana: el caso del profesor pedófilo, que pudo haber sido mi profesor o tal vez el tuyo.

Imagino entonces que presión agobiante debió sentir aquella persona que ocultó tanto tiempo aquel secreto; ya por miedo, por verguenza o por cualquier circunstancia. Hoy, en medio del caos esa variación ha causado un efecto, ese efecto que cambiará de alguna manera la vida de la persona que decidió ya no vivir con ese sentimiento reprimido y atrapado en lo más oscuro e infantil de su psiquis, pugnando siempre por salir hasta que vio la luz emancipado completamente, observando el devenir de las consecuencias.

Ahora bien, existen muchas personas, que así como me siento hoy, constantemente viven guardando sentimientos, y no digo tampoco que sea algo malo, sólo que, a veces las consecuencias de ocultar sentimientos o pensamientos pueden ser devastadoras. Se imaginan que hubiera sido si Aristóteles o Platón hubiesen reprimido su pensamiento, tal vez Russeau, Montesquieu, o el mismo Simón Bolívar, Einsten entre otros...simplemente grandes mentes se hubieran visto opacadas por esta situación, es necesario liberar nuestras ideas, ¿qué temor podría generarnos el decir algo sobre nuestros sentimientos, sobre nuestros pensamientos, me pregunto ahora ¿A qué le debo temer yo?...

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